Pensando en lo rápido que pasa el tiempo me he dado cuenta que parece que fue ayer cuando nos peleábamos por la pegatina que venía con los pastelitos o cuando juagábamos a "peluquería para chicos y chicas”. Y de repente nos preocupamos por tonterías y dejamos pasar cosas importantes. Hacemos una bola de un copo de nieve y un ladrillito nos parece un muro. Pasamos demasiado tiempo agobiándonos por nada y quejándonos por todo y cuando te quieres dar cuenta ha pasado mucho tiempo y ya ni te acuerdas de qué pasó. Pero debemos intentar aprovechar el momento porque cuando nos despistemos, estaremos llenos de responsabilidades serias y añoraremos esos problemas adolescentes.